EL HADA DE LA FUENTE
Adaptación : Charles Perrault
Edades: 7 años en adelante.
Había una vez una viuda que tenía dos hijas; la mayor se le parecía en el carácter y en el físico ya que ambas eran orgullosas y molestas y era difícil vivir con ellas.
La hija menor, se parecía a su difunto padre ya que era gentil y dulce además muy bella.
Su consentida era su hija mayor y sentía una aversión atroz por la más pequeña y por eso la hacía comer en la cocina y trabajar sin cesar además la hacia caminar una media legua de distancia para buscar agua en una fuente.
Un día que la hija fue por el agua, se le acercó una pobre mujer pidiéndole que le diera un poco.
- Claro, mi buena señora - Y llenando su jarra, sacó agua de la fuente y se la ofreció. La buena mujer, después de beber, le dijo:
-Eres tan amable, que te obsequiare un don -en realidad, era un hada que había tomado la forma de una pobre aldeana para ver hasta dónde llegaría la gentileza de la joven
Te concedo el don -prosiguió el hada- de que por cada palabra amable que pronuncies saldrá de tu boca una flor o una piedra preciosa.
Dicho esto el hada desapareció
Cuando la joven llegó a casa, su madre la regaño por tardarse tanto, esta le respondió:
-Perdón, madre -dijo la joven- y al decir estas palabras, le salieron de la boca dos rosas, dos perlas y dos grandes diamantes.
-¡Increíble! -dijo la madre, asombrada- ¡parece que de la boca te salen perlas y diamantes! ¿Cómo es eso?
La niña le contó todo lo que le había pasado.
La madre pensó que debía mandar a su otra hija, y le dio una jarra diciéndole que cuando se le acercara una mujer y le pidiera algo de beber fuera muy amable y se la diera.
La hija mayor fue, pero refunfuñando y quejándose.
Se llevó un hermoso jarro de plata de la casa.
Cuando llego al bosque vio salir del bosque a una dama magníficamente vestida que le pidió agua : era la misma hada que se había aparecido a su hermana, pero que se presentaba con las ropas de una princesa, para probarla.
-¿Quieres agua? pues claro que te doy , si he tenido que caminar solo para eso.- le dijo de forma grosera la hermana mayor
¡Justamente he traído una jarra de plata para dar de beber a su señoría! acércate y bebe directamente, si eso es lo que quieres.
-No eres nada amable -repuso el hada, sin enojarse-; veo que no lo haces con amabilidad sino por obligación así que te otorgo el don de que a cada palabra que pronuncies, te salga de la boca una serpiente o un sapo.
La hija mayor salió corriendo a su casa y cuando su madre la vio acercarse le gritó:
-¡Y bien, hija mía, cómo te fue?
-¡Pues que esperabas, mal -respondió la malvada, echando dos víboras y dos sapos.
-¡Cielos! -exclamó la madre- ¿qué te pasó?
¡Tu hermana tiene la culpa, me las pagará! -y corrió a pegarle a su otra hija.
La pobre hija menor huyó y fue a refugiarse en el bosque , en ese momento pasó el príncipe que regresaba de ir de cacería, la encontró y viéndola tan hermosa le preguntó qué hacía allí sola y por qué lloraba.
-¡Ay!, señor, es mi madre que me ha echado de la casa, pero yo se que no lo hizo de mala fe.
El hijo del rey, vio salir de la boca de la joven cinco o seis perlas y otros tantos diamantes, le rogó que le dijera de dónde le venía aquello. Ella le contó toda su aventura.
El hijo del rey se enamoró de ella, y considerando que semejante don valía más que todo lo que se pudiera ofrecer, la llevó con él al palacio de su padre, donde se casaron.
En cuanto a la hermana, se volvió cada día más odiosa , y su propia madre la echó de la casa; así que tuvo que irse a vivir sola al bosque por siempre
Fin
Moraleja
Siempre hay que ser amables con las personas tal vez en esa persona podemos encontrar un gran amigo