BARBA AZUL
Edades : 7 años en adelante
Adaptación Charles Perrault
En un lejano país vivía un señor feudal que tenía muy mal genio y por eso nadie quería servir en su castillo.
Un día le dijo a unos conejos que les dejaría comer las zanahorias de su huerto si le conseguían una criada.
-¿Encontrar a alguien que quiera trabajar contigo? -preguntaron los conejos, echando a correr-.
¿No sabes que todos te llaman "Barba Azul"no solo por tu barba sino por tu mal carácter?
-¡Fuera de mi vista! -gritó Barba Azul muy enojado,
Al día siguiente llegaron al castillo dos hermanas. Una de cabello negro llamada Ana María y la otra rubia llamada Rosa y las dos buscaban trabajo.
-¡Ja, ja, ja! -pensó Barba Azul-. Gastaré muy poco ya que comen como pajaritos y trabajaran todos los días sin descanso.
Aunque le parecían muy jóvenes, Barba Azul empleo a las dos muchachas y las ponía a hacer las labores más pesadas y complicadas que encontraba.
Con el tiempo Barba Azul le pidió a Ana que se casará con él, ella no estaba segura pero con tal de ayudar a su hermana aceptó.
Cierta mañana que Rosa había salido al pueblo de compras, Barba Azul le entregó unas llaves a Ana María:
-Voy a salir de viaje unos días. Toma estas llaves, para que durante mi ausencia, puedas abrir y limpiar todas las habitaciones. Pero no abras la puerta del gabinete azul.
Pero Ana María, que era muy curiosa, no pudo resistir la tentación de abrir la puerta del gabinete azul , ya que pensaba que encontraría ahí un tesoro o joyas que podría llevarse.
Pero en la habitación no había ningún tesoro, sino varias muchachas convertidas en estatuas de piedra.
-¡Oh! -gritó Ana María, muy asustada.
Un gato salió de un rincón diciéndole:
- Te ocurrirá lo mismo que a ellas, mi señor las convirtió en estatuas de piedra por haber sido tan curiosas como tú.
Barba Azul regresó al castillo antes de lo previsto y sorprendió a Ana María saliendo de la habitación azul.
-¡Perdón! -suplicó Ana María.
- Has entrado en la habitación prohibida y voy a castigarte como a las otras.
- No lo hagas o al menos antes deja que me despida de mi hermana.
- Esta bien, te daré media hora, después te convertiré en estatua.
Cuando Rosa regresó al castillo y se enteró de lo sucedido, abrazó a su hermana y le preguntó que podían hacer para evitar el castigo.
-Sube a una de las torres -dijo Ana María- a ver si llegan nuestros hermanos.
-¿No recuerdas que hoy prometieron venir a visitarnos?
Su hermana hizo lo que Ana le pidió.
-¡Hermanita, hermanita! -gritó la muchacha-. ¿Ves algo?
-¡No! -respondió Rosa-. Sólo veo una nube de polvo y los cuervos que revolotean alrededor del castillo.
-¡Baja Ana María o voy a convertir a las dos en estatuas! -gritó Barba Azul.
Las dos jóvenes bajaron y se volvieron a disculpar pero sin convencerlo, cuando Barba Azul se disponía a convertir a Ana en piedra, se abrió la puerta de un golpe y los hermanas sujetaron a Barba Azul, debido a que habían desaparecido varias mujeres tenían una orden del rey para apresarlo para siempre.
Al salir Barba Azul del castillo y ser condenado a estar en la cárcel, como por arte de magia todas las estatuas recobraron su forma primitiva pudieron regresar a sus casas.
Rosa y Ana María se quedaron a vivir en el castillo sin volver a pasar problemas.
Fin
Moraleja
Recuerden que la mayor parte del tiempo no es bueno ser curioso, y menos si nos piden que no lo hagamos ya que podrían meterse en problemas como lo hizo Ana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario