Fábula el Lobo y el Perro
Adaptación de Fontaine
En un bosque vivía un lobo que siempre estaba hambriento ya que todos los días debía cazar su comida para poder sobrevivir, a veces estaba cansado de estar haciendo eso siempre
Un día vio a lo lejos una cabaña, ahí, recostado estaba un enorme perro el cual dormía en el pórtico de la casa y junto a él, tenía un gran plato lleno de comida. Se acercó y decidió a hablarle
- Hola perro, veo que estás muy sano, grande y fuerte.
- Gracias lobo, tu podrías estar igual si lo quisieras
- ¿En serio? ¿No pasaría hambre?
- Claro que no, podrías comer todo lo que quisieras y tendrías una gran vida.
- Eso suena genial, ¿ no pasas frío?
- No, tengo mi propia casa que me resguarda de los vientos y fríos.
- ¿Y qué tendría que hacer?
- No mucho, tendrías que cuidar la casa por las noches de los peligros, porque hay que proteger a los amos, también complacerlos cuando te piden jugar o hacer trucos.
Ellos te darán en recompensa también huesos de pollo, carne y muchas sobras.
Al lobo le gusto la idea así que siguió al perro a la casa su amo, pero al ir caminando se dio cuenta de que el perro tenía una marca en el cuello, le faltaba pelo en esa parte, y estaba amarrado con una cadena.
- ¿Qué es eso? - preguntó el lobo
—Ah, . Mi humano me encadena todos los días para que no vaya de la casa, es solo para ser obediente.
- ¡Atado! - exclamó el lobo ¿Tú no vas a donde quieres?
- No, no siempre puedo salir porque podría perderme. Pero no creo que eso sea importante
- Para mi sí, yo amo mi libertad y no la cambiaría por una buena comida.
Muchas gracias amigo perro, pero prefiero mi libertad a los lujos que me ofreces.
Fin
Moraleja
Hay que pensar muy bien lo que queremos ya que a veces implica sacrificios.
Y sino quieres sacrificar tu libertad hay que trabajar más duro.
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